viernes, 14 de enero de 2011

El don de la palabra

Quiero hacer una entrada para hablar de un reciente descubrimiento musical que me da alegría, se trata ni más ni menos que del último CD de Carlos Baute.

No es un descubrimiento del intérprete sino de su último disco y además del hecho de que las compone él.
Hasta ahora pensaba que era uno más de los que se dedican a lucir palmito y cantar lo que otros escriben, pero para mí sorpresa las escribe él, es canta autor.

En el mercado y en la historia de la música, existen cientos de canciones y de cantantes de tipo romántico, pero últimamente, escuchando más detalladamente sus letras, lo que me sorprende son esas descripciones románticas de lo cotidiano, de lo femenino, del amor en sí, que más bien forman parte del vocabulario-pensamiento femenino.

Me sorprende y me agrada este descubrimiento pero también (y en eso tiene culpa la edad y la experiencia) me hace pensar que a veces, cuando uno es apasionado de las letras, de la melodía encadenada de las frases, de la sutileza de las rimas, del deleite de la lectura romántica, uno llega a hacer suyo el maravilloso don de la palabra, haciendo que los hechos suenen y resuenen en la mente haciendo latir el corazón con fuerza. Pero todo esto no nos debe confundir, puesto que no el que mejor se expresa es el que mejor siente, y a veces unas bonitas palabras en el momento adecuado y sin tanta farándula llegan con la misma fuerza e intensidad.

Me sigo proclamando víctima sin remedio del romanticismo (demasiada telenovela y novela romántica en la adolescencia) e idealista del amor, por eso, aunque las palabras sean sólo palabras,  a mí me siguen emocionando, me siguen llenando, me siguen haciendo sonreir, me siguen haciendo soñar. Es precioso amar y ser amado, es maravilloso encontrar en canciones lo que tu interior está viviendo, así me siento yo escuchando estas canciones, inmensamente afortunada de poder entender y vivir en carne propia lo que muchas de ellas expresan.

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